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Mostrando entradas de septiembre, 2015

A los ojos de Lucía

–¡Mamá! ¡Mamá! ¡En la pista hay un hombre corriendo detrás de nosotros! En la pista hay un... ¿Cómo? Me asomé rápidamente a la ventanilla, pero el ala del avión me tapaba la vista y para cuando aterrizamos del todo, no vi nada. Me juego esa alianza que nunca me regalaron a que se lo había inventado el niño. Ni si quiera sé por qué le hice caso; ese crío llevaba gritando chorradas desde que despegamos: «¡Mamá! Esa azafata lleva la falda muy corta», «¡Mamá! ¡Mira! Ese señor es como el de las bombas que dijeron en la tele», «¡Mamá! ¡Mamá! ¡Esa nube me está mirando!», «¡Mira! ¡Mamá, mira! Mira la de humo que sale del motor». Mamá, mamá, mamá, mamá... En el vuelo tuvimos más de un percance con ese maldito mocoso, pero a su madre no le importaba lo mas mínimo. Hacía rato que se había puesto los cascos y pasaba rotundamente del enano. Y cuando veía que no le hacía caso, se enfurruñaba y me daba patadas en el asiento. No me malinterpreten, me encantan los niños. No los odio. No mucho. Cre