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Mostrando entradas de enero, 2016

El Contratista de la flor de papel

Se cuenta que, allá por el siglo XIX, había hombres y mujeres que se dedicaban a todo aquello que no podía hacer nadie. Los Contratistas, quienes arriesgaban sus vidas por a saber qué extravagante y misterioso fin. Que no tenían ataduras hacia nada ni nadie, ajenos a la ley convencional y, seguramente, carentes de ninguna. De los que eran tan solo un puñado en este mundo, los pocos, se dejaron la piel para conseguir el título; los muchos, la vida. Nadie sabe cómo, en qué lugar, quién era el supervisor de tan brutal prueba, ni en qué consistía. Muchos se preguntan, si acaso existiese, dónde estaría su gremio. Tal era la fuerza y habilidad que mostraban, que a veces la condición humana no era bastante para contentar a los narradores de las historias, las leyendas populares y los mitos que terminaron convirtiéndose en el velo que cubrió tan inconcebible oficio. Así, los Contratistas acabaron debatiéndose entre la admiración, respeto y profundo miedo de algunos y el escepticismo, incr