Entradas

Mostrando entradas de enero, 2020

Morse

Desde pequeña, siempre me ha gustado guardar secretos. Buscaba escondites imposibles e inventaba complejos códigos para ocultar mis secretos en cientos de notitas repartidas por todos los recovecos imaginables de la casa. Muchas de las notas terminaban por aparecer: algunas, tan pronto como mi madre abría algún cajón o barría debajo de las mesas; otras me sorprendían años después, acurrucadas en algún bolsillo u olvidadas en el fondo polvoriento del armario. A veces me pregunto cuántos secretos seguirán a salvo en sus refugios. ¿Cuántos se habrán perdido para siempre, devorados por las polillas, o por el aspirador? ¿Arrastrará el plumero algún trozo de papel al limpiar la balda más alta de una estantería? ¿Entre las páginas de qué libro se camufla una diminuta tarjetita doblada? Cuando fui un poco más mayor, adquirí la costumbre de escribir mis secretos en morse. Supongo que porque me parecía un código poco transparente, pero al mismo tiempo fácil de aprender y de recordar.